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JosÉ
DE LA RIVA-AGÜERO
ciones religiosas; y lo que se refiere del primer Hanan Cuz-
co, en contraste con lo que adelante relataremos de su nieto,
nos trae a la memoria una vez más el Egipto con la opo-
sición de las idolatrías tebanas de Anón Ra y las arcaicas
de Horu y de Atón o Atumu. Otra razón muy principal
había para que la confederación inca estuviera alterada y
fuera necesario emprender campañas por el Cuntisuyu, o
sea al oeste. Consta que entonces invadieron y conquista-
ron el gran valle quechua de Andahuaylas, ya unido por
alianza a los incas, las hordas chancas, forasteras y bár-
baras, que eran congéneres de los colla s y collaguas al
sur. Los primeros Hanan Cuzcos se vieron verosímilmente
obligados a intentar, en circunstancias desgraciadas y con
fuerzas disminuídas, la recuperación de lo perdido, como
lo hicieron en casos análogos las nuevas dinastías de los
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