Libro digital 1 TOMO-5 | Page 315

EL IMPERIO INCAICO 287
una gran batalla, en que les mató más de seis mil hombres, " y luego penetró en las tierras de Condesuyos, y les hizo guerra de tal manera que vinieron a pedir paz, ofreciendo de reconocer al señor del Cuzco, como lo hacían los otros pueblos que estaban en su amistad "( Sellorío, ibidem.). Pero en Cieza, los hechos de este Yupanqui están divididos entre dos soberanos, el mencionado y un Yupanqui que corresponde al Yáhuar de los demás cronistas. El capítulo XXXVII del Señorío, ante la más mediana crítica, corresponde casi con evidencia al mismo soberano en que acaba la primera dinastía. Duplicaciones muy propias de la leyenda oral, de la narración poética y popular de las edades primitivas en todos los ciclos. Herodoto, Manetón y Diodoro presentan casos semejantes en sus relatos de historia faraónica, que hoy podemos depurar comparándolos con las inscripciones monumentales. Cuenta Cieza que este Inca Yupanqui se preparaba en el Cuzco para salir de campaña al Collasuyu y debelar a los sapanas de Hatuncollao, " muy poderosos y soberbios, que hacían junta de gente para venir contra él. Y como el Cuzco mucbo tiempo no sufre paz, algunos capitanes de Condesuyos, trataron de matar entre sí al Inca, porque si de aquella jornada salía con victoria, quedaría tan estimado, que a todos querría tener por vasallos y criados "( Señorío, cap. XXXVII). Estando el Inca en sus fiestas y preparativos guerreros, lo asaltaron aquellos conjurados capitanes y lo hirieron en la cabeza. Cápac Yupanqui se refugió en el COricancha, que, como ya he dicho, bajo esta primera dinastía sirvió como templo, palacio y depósito de armas. Penetraron con gran estrépito los rebeldes, haciendo huir a los sacerdotes, y en el templo mataron al Inca y a muchas de sus mujeres. Siguió a esto el saqueo del Cuzco. Las indias aullaban y se mesaban los cabellos ante el sacrílego espectáculo del Inca asesinado en pleno Coricancha, cubierto de sangre su cadáver y