Libro digital 1 TOMO-5 | Page 307

EL IMPERIO INCAICO 279 El título de Yupanqui aplicado al de Lloque contra- dice la inactividad guerrera que muchos cronistas le im- putan. Significa literalmente contarás, y atendiendo a su cabal sentido, quiere decir 'memorable, digno de recordar- se y celebrarse. Si hubiera sido tan pacífico y obscuro, no tendría este renombre explicación. El mismo Betanzos (suma y narración, cap. IX) declara que los primeros In- cas tenían por viejísimo uso hereditario, pisar insignias, trofeos y prisioneros, costumbre igual a la de los Faraones y los soberanos asirios, y que demuestra de manera in- controvertible su belicosidad y ánimo conquistador. Las Informaciones de Vaca de Castro afirma de Llo- que Yupanqui: "No aumentó, porque en su tiempo tuvo muchas rebeliones de los que habían heredado y el señorío en punto de perderse. Harto hizo en sustentar lo hereda- do. "De modo que cuando menos guerreó empeñosamente en contiendas civiles. Juan Santa Cruz Pachacuti sostiene que las suyas" no fueron conquistas como las de su abue- lo; pero que al cabo de su vejez, para dar espanto a sus enemigos, hizo ejércitos de guerra". No es de dudar que empleara en algo estos ejércitos. Agrega que "visitó sus provincias", las cuales es de suponer que se extendieran a algo más que las cercanías del Cuzco, pues de otro modo no habría sido empresa digna de mención recorrerlas. Otro autor indio, Huaman Poma de Ayala, concreta que redu- jo a los maras (entre Anta y el valle del Urubamba), ven- gando en su curacael Inca Tocay Cápac el agravio que éste había inferido a Sinchi Roja. De aquí se deduce que el jefe de los maras se intitulaba Inca por pertenecer a la confederación, y usaba asimismo la denominación de Cápac que no es por cierto un nombre totémico derivado de capa (gavilán en aymara), como ·afirma Latcham, sino el calificativo usual y tradicional quechua en los gran- des curacas o jefes de guerra. Huaman Poma denigra a Lloque Yupanqui como "inaccesible a sus súbditos, mal