EL IMPERIO INCAICO
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Con este espíritu prosigamos en la indagación de los
rastros que subsisten sobre aquellas remotas épocas, que
son el amanecer de la nacionalidad peruana.
Dícese que Lloque Yupanqui no era el primogénito
de Sinchi Roja, sino Manco Sapaca, quien excluído del
trono fue el sacerdote supremo del Sol y jefe de la panaca
o gentilidad denominada Raurahua. El nombre del pos-
puesto es muy significativo de tal circunstancia, porque
se compone de la raíz sapa, que quiere decir aparte o de
lado, y de la partícula explicativa ca. Hubo de ser per-
sonaje de cuenta pues las Informaciones de Vaca de Cas-
tro y la Miscelánea de Cabello Balboa lo mencionan, aunque
esta última fuente 10 califica de incapaz y no le atribuye si-
no actividades de casamentero, 10 propio que Sarmiento. Las
mismas Informaciones de Vaca de Castro lo tienen por hijo
menor, probable versión acomodaticia y oficial. En el
capítulo segundo de Cabello Balboa (edición publicada por
Temaux-Compans), se lee que era hijo de la Coya o mujer
legítima, por que el mayor era Lloque Yupanqui, lo que
no ha obstado para que Latcham con muy poca fidelidad a-
segure que este autor coincide con Sarmiento sobre la pre-
mogenitura de Sapaca (Los 1ncas, sus orígenes y sus ay-
l/os, p. 281). En verdad el único impugnador de ella es
Sarmiento, que agrega: "y no declaran los indios si fue
Lloque nombrado por el padre, por donde pienso yo que
no, pues tampoco 10 fue por los naturales ni aprobados
por ellos". Su visible empeño de acumular usurpaciones
y tiranías en el linaje incaico, 10 refuta el mismo Sarmiento
de manera involuntaria en los renglones siguientes, al re-
conocer que fue elegido" con favor de los ayllos legiona-
rios", o asamblea guerrera de los orejones, procedimiento
usual en esta primera época incaica.
Otra consecuencia sacamos de tales noticias, al pa-
recer insignificantes i y que al llevar el nieto de Manco
Cápac, (y con gran probabilidad nieto primogénito) el