EL IMPERIO INCAICO
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deración' "Las demás provincias, agrega, se resistían bra-
vamente y no lo dejaban entrar". Reparemos en que
Garcilaso, si bien niega que Sinchi Roja moviera guerra,
conviene con los anteriores en que redujo a su señorío a
los puquinas y can chis hasta Chucara, y atestigua que
muchos pretendían que llevó sus expediciones más allá de
Cacha hasta Asmo, Huancaney Pucará en pleno Collao,
y a la colindante región boscosa de Carabaya en los An-
tis. Todo lo cual nos está demostrando la verdad y per-
sistencia de la tradición sobre lo remoto de sus influencias
y ganancias por el sur.
Gutiérrez de Santa Clara, por su lado consigna:
"Sinchi Roja salió muy valiente y esforzado capitán; y
tuvo algunas guerras con los curacas de los que su padre
había conquistado, que se le habían rebelado". El cronista
jesuíta Padre Anello Oliva, que pretende reproducir las
versiones del quipocamayo Catari, es de observar que,
por muy estragadas u observadas que éstas se hallen, co-
rrobora a su manera lo que los cronistas antes citados
dicen, pues atribuye a Shinchi Roja empresas por el lado
del Collao, el Desaguadero y los Charcas.
Hasta en Cieza, que como Sarmiento niega toda ac-
tividad externa a Sinchi Roja, hallamos un indicio muy
significativo, por más que se reduzca al ámbito de la ciu-
dad del Cuzco. Refiere como vino a hab