Libro digital 1 TOMO-5 | Page 261

EL IMPERIO INCAICO 233 traños al linaje de los Incas, en el mismo nivel que a los huallas. A diferencia de éstos, los antasáyaj eran orejones, de la nación de los tampus. Pretendían como ellos haber salido en Pacaritambo de la cuevá de Sútij-tojo. Entre los cabezas del linaje de los antasáyaj al tiempo del Vi- rrey Toledo, figuraba un Ollantay, lo que esclarece el sig- nificado del célebre drama de su nombre, ensalzador de la excelencia y hazañas de los guerreros tampus y antis (en realidad la misma tribu). Su jefe legendario, cuando la fundación del Cuzco, fue Quizco Sinchi. En el área de la metrópoli cuzqueña, los habían precedido los sahuasi- ray, también orejones y hermanos suyos en Sútij-tojo. Era capitán de este ayllo a fines del siglo XVI, D. Martín Mayta Sahuasiray. Sus próximos consanguíneos antasáyaj, que arriba he mencionado, tenían el adoratorio, con la piedra representativa del progenitor Ayar, en el anden sagrado de Collcampata, prueba evidente de su genuino incanismo, porque a. los alienígenas no se les permitía des- pués del Inca Pachacútec retener huacas o ceques dentro del privilegiado recinto. A ninguna de estas particularida- des han atendido los peruanistas que, como Ugarte, Val- cárcel y el cuzqueño Pardo, los declaran extraños a los incas, sin reconocer la equivocación del subsanado texto de Sarmiento. Las insignias atribuídas al Inca Manco y ostentadas por sus herederos, muestran casi todas los símbolos del culto de Huiracocha, relacionados en consecuencia con las tradiciones de Tiahuanaco. Los cetros, yauris o cbamPís dobles, "en dos astas largas" como describe Cobo que se llevaban delante del Inca, son los que esgrime en cada ma- no el dios de la portada de la Acapana. Allí mismo apa- rece la serpiente o dragón, en el pecho de Huiracocha, y en su corona o aureola: es el amaru, distintivo o buaucfui de los Incas, como lo vemos con Sinchi Roca y el Inca Huiracocha Yupanqui. El pájaro solar inti, totem de Man-