Libro digital 1 TOMO-5 | Page 259

EL IMPERIO INCAICO 231 el número sagrado tahua que sirve para las regiones del mundo y del imperio, y para los cuatro barrios primiti- vos del Cuzco, y que se repite desde los signos en forma de cruz en Tiahuanaco, la isla de Coati y Carabuco. Se colige por eso que, en la realidad histórica de la emigra- ción, las tribus o cuadrillas fueran más de cuatro, aun sin agregar las precursoras de los maras, y de los tampus o ayIlo de Sútij-tojo. Según las versiones más puntuales, fueron diez en efecto las parcialidades o bandos que par- tieron desde Pacaritambo con rumbo al Cuzco, a interva- los breves. Los nombres íntegros de los Ayares pueden cabalmente explicarse por el quechua, lo que es otra con- firmación definitiva del quechuísmo incaico. Ayar debe de proceder de aya, muerto, y significar en consecuencia antepasado, progenitor, tutelar padre difunto, lo mismo que el mallquí adorado en todas las tribus peruanas. De esta misma raíz mallqui (almáciga, lo trasplantado o emigra- do) o del malteo también quechua (polluelo, pichón de ave que comienza a volar), tiene que proceder totémicamen- te el nombre de Manco, quien según la tradición llevaba consigo en vasos de oro sagradas semillas vegetales y un pájaro dedicado al Sol y guardado en una petaca, que se llamab