Libro digital 1 TOMO-5 | 页面 243

EL IMPERIO INCAICO 215 invaslOn de caris, que bajan del Callao desde las sierras de PotosÍ, siempre por el mismo camino que viene del Sur, vestidos con ropas angostas o jállaj pacba, enemigos de los de ropas anchas o buiracocbas. Sabe también Pacha- cuti que el dios Huiracocha de Tiahuanaco maldijo a los collas y a su capital Yamquisupa, dejó asolada la gran ciudad teocrática, por haber petrificado a los tiahuanaquen- ses, y se retiró hacia el Norte. Tradiciones múltiples se- ñalan Pucara y Cacha -(Cacha está a 18 leguas al Sur del Cuzco, tierra de los Canas) (XII)- como los lugares en que los invasores eolIas pelearon con los de vestiduras largas, que eran los que retrocedían y a quienes la ima- ginación popular transfiguró en amazonas, o sean mujere~. El lugar de estos combates contra el curaca aymara Za- pana es Chuncara, en tierra de los canas y Ayaviri (Cieza, Segunda Parte, cap. IV). Enojado Huiracocha se retira más al norte de Cachi; se refugia en tierra que siempre ha sido quechua, como es Urcos - (Urcos está a 6 leguas al Sur del Cuzco, tierra quechua) (XIII)- y allí le erigen otro gran santuario. Es muy de reparar que en la leyenda se le vea de contínuo bien acogido y adorado por los quechuas, y que infaliblemente aparezcan ahuyentados y exterminados sus servidores por los aymaras. En Santa Cruz de Cahuana, región de los soras, los huiracochas construyen edificios, caminos y templos. Más arriba, en Huiñaque de Ayacucho, hay otros edificios, que Cieza ates- tigua obra de los mismos huiracochas, con jeroglíficos mis- teriosos. Subsiste, sin fallar en lo esencial, el triple y sig- nificativo paralelismo del idioma quechua, de las tradicio- nes de Huiracocha y de la penetración del estilo de Tiahuanaco. Si el idioma ha desaperecido o no se arraiga, cuando menos la alfarería tiahuanaquense acompaña las huellas del dios. Tal sucede en la Costa con los yungas de Calango, que adoraban en una roca los pies de Huiraco- chao Dándoles razón, la arqueología contemporánea, en el