Libro digital 1 TOMO-5 | Page 233

EL IMPERIO INCAICO 205 Huari. Por Cieza (Crónica 1" Parte, cap. 81), comproba- mos que en Huamachuco y Cajamarca se hablaba un mis- mo idioma. Luego hacia el Noreste advertimos la notable variente del maynas, y al norte la muy dulcificada del quiteño, cuya antigüedad ha despertado polémicas. Sos- tienen algunos que data sólo de la conquista incaica, y que es desdeñable por errado el texto del Padre Velasco sobre la preexistencia en la comarca de Quito de un lenguaje análogo al del Cuzco. Pero dando de barato el testimonio del Padre Velasco, nos queda el muy valioso y fidedigno de las Informaciones de Vaca de Castro, o sea casi al día siguiente de la conquista español, las que con toda clari- dad afirman que en la Sierra del Perú, «del Cuzco para abajo ( o sea hacia Quito), todas las lenguas son allegadas a la quechua, como la gallega o portuguesa a la castella- na". El Padre Valera, que por su época (siglo XVI) alcan- za autoridad muy semejante, corrobora la tesis, diciendo que «en la mayor parte del Perú el quechua era casi natu- ral; porque el lenguaje del Cuzco no se diferencia mucho de las más lenguas de aquel imperio". A tales atestados a raíz de la venida de los españoles, conviene agregar el de nuestro contemporáneo Von Bouchwald, tan crudo anti- quechuista, y que no obstante advierte y señala íntimas similitudes con el idioma cuzqueño, no ya únicamente en las lenguas de la meseta ecuátoriana, sino en las de su cos- ta y tierras bajas, como son las de los Colorados y Cayapas de Esmeraldas, y las de Babahoyo. Así se explica la faci- lidad de la quechuización en Quito y sus provincias; por- que los muy escasos setenta años del dominio incaico, son del todo deficientes para la producción de dialectos y el arraigo de la toponimia. Consta que el chinchaysimi ya existía con variedad dialectal en la época del descubrimien- to por Pizarro. Tschidi repara en que eran lenguas extrañas a la ma- yoría de la Sierra las llamadas ahuasj'mi, como lo demuestra