EL IMPERIO INCAICO
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hacia la Sierra se han comprobado por otros en Canta. A
mayor abundamiento, en Chavín se hallan adornos y sím-
bolos marinos, que demuestran su derivación de esta cul-
tura primera costeña; y entre las andinas, la de Recuay,
clasificada por Tello como anterior a Chavín, tiene alfa-
rería que se descubre en el estrato último del templo bajo
de Pachacámac. Los protonazcas no conoCÍan de los me-
tales sino el oro. En la primera capa de Paracas, o sea
en las tumbas de Cerro Colorado, confiesa TelIo que no
hay plata ni cobre. ¿Cómo puede, pues, ser posterior a Cha-
vín ni a los arcaicos enterramientos de Huaylas y Sipa, en
que se presentan objetos de estos metales? El orden de
su empleo es en Europa y América el mismo: el uso ex-
clusivo del oro antecede a la elaboración del cobre; y la
plata en estas regiones del Perú debe de haber sido usada
con posterioridad, según los minuciosos estudios de Rivet.
Las ya mencionadas sepulturas de Cerro Colorado mues-
tran un tipo muy arcaico, y lo mismo puede decirse de
la plástica esteatopigia, o sea representación de mujeres
obesas, que corresponde al paleolítico y al neolítico pri-
mitivo dondequiera. Por último hay una prueba real que
me parece contundente. En las excavaciones practicadas
hacia 1925 ó 26 en las cercanías de Lima y en las huacas
de Maranga y Aramburú por los arqueólogos Kroeber y
Jijón, se han identificado dos capas sucesivas del proto-
lima, separadas por un basural formado en largo tiempo.
Pues bien, la capa más honda del protolima no presenta
ninguna influencia serrana, ningún resto de Recuay ni de
otra alfarería andina; y en cambio ofrece, con las semillas
de maíz y frejoles, pruebas de los abundantes recursos
agrícolas del valle entonces, contra las alegaciones de los
arqueólogos autóctonos o indigenistas. También se descu-
brió una gran balsa de totora, que demuestra lo extendido
de la navegación, y la posibilidad de inmigraciones y de
comunicación con valles lejanos. Fue en el segundo estrato