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JosÉ
DE LA RIVA-AGÜERO
rebasa, por superior y reciente, queda incluído en la his-
toria de la civilización, tema propio y adecuado de esta
cátedra.
Los hechos sociales son productos de factores de tres
distintas clases: físicos o geográficos, étnicos o raciales, y
psicológicos o propiamente sociales. Los dos primeros se
estudian en la geografía antropológica y en la antropolo-
gía, y tienen el carácter de necesarios y mecánicos. Los psi-
cológicos ponen de manifiesto la espontaneidad y libertad
humanas, abren posibilidades de novedad- mucho mayores
y han de estudiarse descriptivamente, no pudiendo sus le-
yes versar sino sobre la mera probabilidad y las frecuen-
cias en grandes conjuntos, con líneas harto más grandes
y flexibles que en lo físico y en lo fisiológico. Por esto
nos distinguimos de los fatalistas, que sostienen, desde
Montesquieu hasta Taine y la escuela de los caracteres
locales, el determinismo del medio físico, y de los racistas,
como el Conde de Gobineau y sus discípulos del nacismo
alemán, que defienden la decisiva influencia de la raza.
El hombre domina el medio; y la civilización puede pre-
valecer sobre la filiación biológica y la sangre.
Pero como nadie ha de negar el poderoso peso de
las condiciones geográficas, principiaremos por estudiarlas
brevemente: las del continente americano en general y las
especiales del Perú. Observando el mapa, descubrimos que
América se presenta, en sus rasgos generales, como una
repetición simplificada y dismínuída del Continente An-
tiguo. La América del Norte reproduce en escala menor
la suma de Asia y Europa. Tiene de la primera las vastas
¡¡anuras y la extensión maciza, de la segunda el articulado
de costas y de golfos. La semejanza en este punto es tal
que las salientes de la península ibérica y de la Bretaña
francesa parecen desgajadas de las costas meridionales de
Estados Unidos y de Méjico, lo cual se explica si recor-
damos la teoría de Wegener sobre la coalescencia o anti-