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JosÉ
DE LA RIVA-AGÜERO
timiento nacional, riada se hace: los mismos productos
intelectuales carecen de lozanía y colorido. Pero este em-
peño de intensificar y acendrar el alma patria exige en mi
concepto indispensablemente el culto de la verdad, la más
escrupulosa exactitud, porque el patriotismo duradero no
se alimenta con ilusiones infantiles ni con errores confu-
tables, los cuales, muy al contrario, suelen provocar quie-
bras, desalientos mortales y escarmientos dolorosísimos.
Sobre la exageración o la mentira nada sólido se edifica.
Por eso procuraré atender, con la mayor claridad y preci-
sión, a la veracidad de los testimonios y la realidad de las
situaciones; y no a halagar vanidades, y defender prejui-
cios popularizados y vocingleros.
Para concluír con estos tediosos pero necesarios pró-
logos, explicaré el sentido del título Civilización tradicio-
nal del Perú. No faltará quien repute