164 JosÉ DE LA RIVA-AGÜERO
maciones de Vaca de Castro 3, Sinchi Roja señoreaba hasta el valle de Andahuay1as y la raya de Vilcanota, en Canas y Canchis; y Cápac Yupanqui, el último burincuzco reinante, penetró por el Oeste hasta Vilcas, los Soras y Parinacochas, y por el Sur hasta Paucarcolla, no lejos del moderno Puno. El mismo Cápac Yupanqui fue para Cieza el conquistador de Cuntisuyo y recibió en alianza y federación a los amenazados quechuas de Andahuay1as. Las tradiciones recogidas por Juan Santa Cruz Pachacuti nos muestran de igual modo a este Cápac Yupanqui en relación constante con Tonopa y la religión del dios Huiracocha, procedente del Titijaja, con los curacas del Asilla y OrurilIo en Canchis y Canas, y hasta con los huancas y jaujas. Hubo de perecer, según otros relatos, en el antiguo palacio de los burincuzcos, llamado después Inticancha o Coricancha, asesinado a causa de los celos que entre sus vasal10s y confederados de Cuntisuyo despertaba la proyectada expedición contra Hatuncol1a.
Nacida de esta conjuración, la segunda dinastía, o sea la de los banancuzcos, debió de tener principios difíciles, y perder bajo Inca Roja muchos de los dominios e influencias que ya los últimos hurincuzcos habían adquirido. El retroceso y la forzada inacción externa se odvierten en las palabras de Sarmiento de Gamboa y Santa Cruz Pachacuti, y en las valiosas 1nfor ' l11aciones de Vaca de Castro 4. Ondegardo se limita a hacer constar que cuatro siglos atrás de 1570 los incas no poseían( sin duda con dominio directo) más que el vaIle del Cuzco, desde Yucay a Jaqui ~ jahuana. He insistido, desde hace mucho tiempo en l1amar la atención sobre un texto del P. Coba( Libro XII, cap. XI), que aclara las contradicciones relativas a las campañas de los primeros incas.
3 Colección Urteaga, tomo JIl de la Segunda Serie, págs. 12 y 13. 4 Ob. cit. de la Colee. Urte3J! a. oá ". 14.