Libro digital 1 TOMO-5 | Page 193

EL IMPERIO INCAICO 165 Acoge el Dr. Urteaga mi restitución al Inca Huiraco- cha del rechazo de la invasión chanca en el Cuzco; Y conmigo reconoce la abdicación de Yáhuar, su derrotado padre, contra e! trastrueque y aplazamiento a la genera- ción posterior, que presentan los cantares aprovechados por Cieza y Betanzos. Las circunstancias de esta guerra con- tra los chancas, parientes de los coUas, encajan y convie- nen con los títulos y renombres de ambos monarcas, ci- tados ambos, y con la restauración y reflorescencia enton- ces del tradicional y decaído culto de Huiracocha. Me complace que igualmente adopte e! Dr. Urteaga mi parecer sobre el breve reinado de Amaru Yupanqui, del cual hay rastros en tantos cronistas. En cuanto a la progenie materna de Atahualpa, des- cartados los ilusorios chiris del P. Velasco, después de la certera crítica de Jijón, quedan en pie, a favor de! naci- miento de aquel Inca de madre forastera y quiteña, las terminantes palabras de las 1nformaciones de Vaca de Castro 5, las de la Destruíción de Molina, y las de Gó- mara, Zárate y Pedro Pizarra, a más de Garcilaso. El hecho es en sí muy verosímil, a lo menos. Huayna Cápac tuvo concubinas alienígenas procedentes del Norte, y sin duda quechuízadas desde más de una generación, pues en Sar- miento y otros se lee que este emperador nació en Tome- bamba, y que sus conquistas de Quito fueron mera recu- peración y debelación de súbditos alzados. Véase cómo el razonamiento de Cieza contra el origen extranjero de Atahualpa, sustentado de manera esencial en lo reciente de la adquisición de Quito, se rebate con el testimonio de Sarmiento, por mucho que éste también crea concubina incaica a la madre de Atahualpa. El árbol genealógico de la página 175 y e! Apén- dice A, que reproduce una disertación de Llano-Zapata, 5 Ob. cit. de la Colee. Urteaga, pág. 26.