EL IMPERIO INCAICO
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Idioma colateral, hermano pero no progenitor del que-
(hua, es el colla o aymara de Bertonio. Me parecen desa-
tinados los esfuerzos de Uhle para probar la filiación di-
recta entre los dos, que para colmo de abismática contra-
dicción, niega en el propio estudio l. Si el aymara fuera la
lengua madre, la hablada por los constructores de Tiahua-
naco, no se habría mantenido con tanta extensión y arraigo
en su mismo foco, y coetánea al lado de las derivadas, a
pesar de tantas transmigraciones y catástrofes, paladina-
mente demostradas· por la arqueología y las crónicas. Su
arcaísmo y primitividad indiscutibles no significan tronca-
lidad y primacía en el tiempo, sino inferior desarrollo,
mayor barbarie social, como ocurre con el latín en lo
tocante al griego, el sardo respecto al toscano, y el lituano
para con todos los procedentes del ario. Las formas largas
de las raíces aymaras no prueban por sí solas, como creyó
Juan Durand, su anterioridad a las pseudo-apócopes que-
chuas, pues la teoría de la ineludible abreviación radical
se halla hoy muy desacreditada con la observación de las
indo-europeas yen especial las romances.
Para mí el aymara no es un protoquechua, sino un
consanguíneo suyo, retrasado e invasor, como en habla y
costumbre lo fueron los germanos en las tierras latinas du-
rante la primera Edad Media de Europa. Su procedencia
del Sudoeste, y en época relativamente próxima, se de-
muestra con los textos de los historiadores y en especial
con los de las R.elaciones geográficas. Por éstas vemos
que los conas de Cochabamba, de Yauyos y de Quito
fueron modernas colonias, mitimaes de los incas; y que los
collaguas en Caylloma representan la última etapa de la
conquista cona en Canchis y Canas, natural camino para
quienes se habían apoderado del Collao. y por Garcilaso,
1 Posición J-listórica de los Jlymaras en el Jlntiguo Perú.- Conf. en la
Soco Ceo. de la Paz, XVIII Congr. de Am. 1910. (Bol. de la Of. de Est. U.,
Nos. 58-60).