EL IMPERIO INCAICO 147
segmentación hubiera ido luego acentuándose paulatinamente por la elaboración aislada de cada grupo, invasiones preincaicas, más o menos conocidas, y el artificial trasporte de mítimaes en el postrer imperio. Porque datar la propagación del quechua en manera exclusiva desde este régimen incaico, sean cuales hayan sido su absolutismo y eficacia, es ya muy difícil para la toponimia de regiones como Quito y el Tucumán, que los Cuzqueños dominaron por tan breve plazo, y del todo imposible y aun absurdo para la constitución de dialectos formales o híbridos, existentes y adultos en las mismas cuando la conquista castellana, y en un medio de tan lenta evolución lingüística como lo acredita su casi perfecta inmovilidad desde entonces hasta el día 75.
Cierto que el procedimiento del trasiego de poblaciones o mittmaes, empleado en tan larga escala por los Incas, enmaraña la cuestión. Pero los aymaristas han explotado la circunstancia con duplicidad sobrado ostensible. Cuando hallan núcleos quechuas espaciados hacia las fronteras, los atribuyen sin vacilar a colonias de los Incas; y aciertan a menudo. Pero cuando los hallan aymaras, no temen entonces ascender hasta la época de Tiahuanaco, aun cuando conste que hubo numerosos mitimaes collas y quechuas, establecidos por Huayna Cápac y su padre, desde la provincia de Palta, moderna Loja, hasta la de Quito. ¿ Porqué estos dos criterios? Cur tam varie?
75 En esto de la implantación de los idiomas y producción de dialectos, Uhle procede COn una cronología tan estrecha e inverosímilmente angustiosa como para la aparición y sucesión de los metales, que le ha objetado con gran tino Rivet en el Congreso Americanis. ta de Goteborg, 1924( Elementos constitutivos de las civiliz ¡;; ciones del noroeste y Oeste 5udamericano).- El huilela puede considerarse como una lengua híbrida del quechua en los confines del Tucumán. En el Ecuador, los Colorados y Cayapas del Guayas, hablaban idiomas em · parentados antiquísimamente con el quechua hasta en opinión de aymaristas acérrimos como atto von Buchwald, quien aduce, en favor de su aserto, raíces ya desusadas en el habla cuzqueña( llol. 50c. Ecuat. tomo 1).