EL IMPERIO INCAICO
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género de filólogos no atina a darse cuenta de que el ca-
rácter del idioma aymara, mucho más concreto y arcaico
que el quechua, lo que prueba es la primitividad y barba-
rismo de los CoBas, su rudimentaria cultura, lo moderno
y reciente de su dominación. El arcaísmo suele ser pro-
piedad lingüística de un pueblo joven. El árabe, con su
género dual, representa una civilización muy posterior a
la hebrea, la asiria y la etiópica, que descuidaron pronto
aquella complicación gramatical, tan usada en las socieda-
des incipientes. Porque el lituano se aproxime al sánscrito
y al ario primordial, no vamos a estimar la antigüedad de
Kavno mayor que la de Atenas, Olimpia o Roma. Porque
el latín, a diferencia del griego,conserve la s y k iniciales
del ario (septem, quinque) y el ablativo singular, no se
sigue de aquí que los Escipiones y César fueran precur-
sores de Pericles y Alejandro. Porque los idiomas eslavos
y germánicos sean mucho menos analíticos que los roman-
ces, no hemos de admitir que la civilización medioeval
alboreara en las riberas del Niemen y del Elba antes que
en las del Sena, del Tíber o del Duero. Porque el italiano,
el español y el portugués recuerden más que el francés
la materna lengua latina, no hemos de negar la suprema-
cía francesa en armas, artes y letras, durante 10 más de la
Edad Media. Los ejemplos en este punto set'ían innume-
rables. Como en mi hipótesis los Aymaras vivieron relega-
dos, cuando el esplendor de Tiahuanaco, en los lejanos
confines de Carangas, Lípez y Atacama, es muy explica-
ble que en su aislamiento fronterizo retuvieran formas
anticuadas. Al revés, el pulimiento relativo del quechua
supone largos siglos de organización y actividad social.
Como casi siempre en Uhle, su sistema filológico en-
cierra una grave implicación. Procura demostrar la ante-
rioridad de los Aymaras por acercarse más su lengua que
la quechua a la presunta madre común. Mas por otra parte
niega la comunidad radical de la aymara y la quechua,