Libro digital 1 TOMO-5 | Page 164

136 JosÉ DE LA RIVA-AGÜERO Collahuas, fue maestro de Aputampu, el curaca de Pacari- tambo, a quien dejó al partir el sagrado báculo (tauna) con letras misteriosas, y los vasos de oro; y que Manco Cápac y sus hermanos los Ayar fueron descendientes y herederos de Aputampu_ Ante este cúmulo de autoridades, admira que el Dr. Uhle tenga por puramente míticos los orígenes de los Incas en el Titijaja, e inconciliables con las tradiciones de Pajarejtampu, en la región de Paruro 53. Claro que toda la historia incaica, como de trasmisión oral, es leyendaria; pero interpretada por la crítica, la leyenda descubre un fondo de incontrovertible verdad. La conformidad de las fuentes arguye en este caso con una evidencia moral, úni- ca asequible en tales materias. Lejos de ser inconciliables, las tradiciones incaicas de Paruro y del Titijaja, se ajustan y armonizan muy cabalmente ante el buen sentido. Nada nos obliga a tener por artículo de fe que los Incas, antes de moverse al Cuzco, vivieran de toda eternidad estables en Pajarejtampu, y no pudieran en manera alguna haber venido del Collao, máxime cuando está plenamente demos- tardo que el Collao fue el más activo foco de la primor- dial cultura andina, y cuando en ia comarca del Cuzco y entre los mismos Incas se han hallado objetos que paten- tizan la irradiación e imitación de aquella cultura de Tia- huanaco. En el Museo de la Universidad del Cuzco, se guardan un depósito cuadrangular de piedra obscura muy gastada, con imágenes semejantes a las de la portada de la Acapana, y un aríbalo incaico con ornamentación tia- huanaquense 54. La arquitectura ciclópea, de aparejo de po- liedros irregulares, en Hatunrumíoj, Sajsayhuaman, Quenco y OHantaytambo, para todo juicio sereno, pertenece, con muy leves diferencias, a la de Tiahuanaco, cuyas notas 53 Max Uhle,Orige" de los 1ncas. 54 Luis E. Val cárcel 1iabuanacu, OllantaitGmbo, Cuzco, centros megalíticos CRev. 'U"iv. del Cuzco, Agosto de 1921).