EL IMPERIO INCAICO
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Huiracocha, el dios del lago, envió a los Incas a Pacari-
tambo ¡y que el Titijaja era la pacarina u originario solar
de Manco Cápac y Mama Oc11o 49. Concreta que en Coata,
isla del lago, pretendían que un ídolo femenil represen-
taba a la diosa Titijaja, madre de los Incas 50.
Se mantenía tan viva la memoria del origen de los
Incas en el Titijaja, que el cronista Gutiérrez de San Clara,
asegurando inspirarse en un cantar histórico, nos trans-
mite la leyenda de haber salido Manco y sus guerreros de
la isla mayor del lago a fundar el pueblo de Hatuncolla,
donde permanecieron sus descendientes, hasta que Túpac
Yupanqui trasladó la capital al Cuzco 51. Este abultamien-
to extremo de la tradición, nos está probando su extra-
ordinaria difusión y arraigo. Los auténticos representantes
de la raza indígena, no son los menos categóricos en el
coro de concordes testimonios. Garcilaso trae el clásico
relato de su tío el Príncipe Cusi Huallpa, según el cual
Manco Cápac y Mama Ocllo fueron creados por el Sol
en el Titijaja y enviados de allí a civilizar el Cuzco, donde
se hundió la mágica barra. Refiere textualmen