EL IMPERIO INCAICO
133
fuera de la efectiva dificultad de discernir entre cabezas
quechuas y aymaras, en su mayoría braquicéfalas, cuan-
do las segundas no están deformadas, ¿ qué explicación
tienen esos cráneos que Hrdlicka ha proclamado neta-
mente quechuas, pegados a las ruinas, en la necrópolis
del norte, y que ascienden a la proporción total de más
del siete por ciento de los descubiertos 42.
I I I
LOS INCAS PROVIENEN DEL LAGO TITIJAJA
Con admirable unanimidad, los historiadores primiti-
vos 10 testifican. Uno de los más explícitos es el conciso
y circunspecto Agustín de Zárate: "De la parte del Collao,
por una gran laguna que allí hay, llamada Titijaja, que
tiene ochenta leguas de bojo, vino una gente belicosa, que
que llamaron Ingas, los cuales andan trasquilados y las
orejas horadadas, y metidos en los agujeros unos pedazos
de oro redondo, con que los van ensanchando. Y al prin-
cipal de ellos llamaron Zapalla Inga, que es Solo Señor,
aunque algunos quieren decir que le llamaron Inga Huira-
cocha" 43. Molina, el de la Destrucción, expone que el pri-
mer Inca, llamado Huiracocha, principal orejón, vino del
Collao. El otro Molina, el cuzqueño, que el dios Huiraco-
cha creó a Manco y sus hermanos en Tiahuanaco, y que
allí se sumieron por tierra, para reaparecer en Pajarejtampu.
Don Pedro de la Gasca, en su relación inédita, que se
conserva en Viena, unifica a Huiracocha, aparecido en el
gran lago del Collao, con Manco Cápac, el primer Inca.
Pedro Pizarro conviene en análogos términos: "El pri-
mer Inca salió del Titijaja¡ otros dicen que salió de Tampu
42 Actas del Congo Amer. de Buenos Aires, año de 1910.
43 Agustín de Zárate, :Historia del Perú, Libro Primero, cap. X.