Libro digital 1 TOMO-5 | Page 157

EL IMPERIO INCAICO 129
en tan borrosos orígenes. Hasta cabe suponer sin inverosimilitud que, como en casi todas las conquistas, un residuo de los primitivos tiahuanacos, digamos la plebe de los huiracochas, quedara sujeta a los aymaras o se mezclara con ellos, comunicándoles algunas creencias y términos religiosos. Lo que en líneas generales resalta es que, de la mayor parte de los antiguos pobladores civilizados, unos sucumbieron, y otros se vieron obligados a emigrar al Norte, abandonando la metrópoli sagrada. Es ésta la única hipótesis que explica satisfactoriamente los textos que dejo rememorados, y la extraña y repentina interrupción de los edificios principales de Tiahuanaco.
PRUEBAS ARQUEOLOGICAS DE LO MISMO
Que los grandes monumentos de Tiahuanaco quedaron inconclusos, es un hecho comprobado por todos los observadores, desde Cieza de León hasta los últimos arqueólogos. Se ven piedras preparadas que no han llegado a aprovecharse. Para explicar esta interrupción y súbito abandono, se ha echado mano de las suposiciones más estrafalarias: de una peste que aniquiló al elemento director, el cual se llevó a la tumba sus arrestos constructores y secretos técnicos( Tschudi); de un terremoto o repliegue geológico, que dispersó a los habitantes, dejando en pie templos, pilares portadas y estatuas; y de un desborde y consiguiente descenso de las aguas, que impidió traer en balsas los enormes bloques( Posnansky y Durand). Harto bien se comprende que todo ello es inadmisible. Los indios pertinaces y pacientísimos, que en otras partes del Perú han sabido acarrear materiales desde inmensas distancias, repuestos en breve de la catástrofe natural, tan
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