EL IMPERIO INCAICO
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cilaso (Comentarios. Primera Parte, Libro V, cap. XXII).
Las ruinas de Pomabamba, Huaylas, Huaraz, Huamachuco
y Hualgáyoc, tierras tan quechuizadas, pertenecen al estilo
megalítico o primitivo de Tiahuanaco.
En Gonzamana (Ecuador), veneraban una roca con
las huellas de Huiracocha 26 En la comarca del Cañar, se
advertían señales de su culto. Mucho más arriba, entre los
Llaytacunas, en Ambato y en Cano, había otras dos piedras
segradas, con pies impresos del dios blanco S7 y todo esto
se acompaña y corrobora con armas, cerámicas y construc-
ciones tiahuanaquenses (Capilla en Laja, Patete en el
Azuay, Chillacocha en el Cañar, hachas neolíticas y de
oreja, discos de piedra perforados y estrellados, decoracio-
nes con el signo escalonado, alfileres y patenas característi-
cas); y una onomástica tan arrraigada y profundamente
quechua, que parece en extremo forzado y violento atri-
buirla sólo a la efímera conquista incaica 28.
Mientras los quechuas y los orejones del Cuzco aten-
dían tanto a las fábulas de Tiahuanaco y Huiracocha, los
Callas, que se preciaban de tan antiguos y conservaban
largos cantares históricos, no supieron contarle a Cieza,
fuera de las ya mencionadas tradiciones de Cari, Zapana
y los hombres barbados, sino que ((mucho antes, que los
Incas reinasen, estaban hechos aquellos edificios; mas que
ellos no podían decir ni afirmar quién los hizo, mas que
oyeron que en una noche remaneció hecho lo que allí se
26 Calancha Corónica Moralizada, Primera parte, pág. 329.
27 Rivet et Verneau, Etnograpbic ancienne de I'EC¡uateur, (París, 1912).
28 El P. Bias Valera transcrito por Garcilaso (Primera Parte, Libro VII,
cap. I1I), al hablar de las lenguas extrañas a la quechua, constata que después
de la Conquista predominaban absolutamente entre Jos Callas, Puquinas y los indios
de los términos de Trujillo; pero su afirmación es mucho menos amplia y terminante
en lo que se refiere al reino de Quíto. Acerca de éste, no dice sino que olvidaron
o descuidaron la lengua oficial cuzqueña "muchas de las provincias de su ju-
risdicción". No afirma que todas; y Jo limitado y estricto de la proposición no
deja de estimular los barruntos de quien recuerde las rotundas opiniones del P.
Velasco y de las muy respetables y añejas 1l1formaciones de Vaca de Castro.