Libro digital 1 TOMO-5 | Page 149

EL IMPERIO INCAICO 121 Al rechazar Uhle el origen atacameño de los Aymaras y su emigración del S. O. al N. E.,11 a más de ponerse en flagrante contradicción con sus asertos de la influencia e invasiones de Atacama en el Callao y todo el Perú, desco- noce a sabiendas dos palmarias verdades: la autoridad inatacable de los textos de Cieza, y el hecho comprobado y evidente de que esos desiertos bolivianos y chilenos fueron antiguamente fértiles, arbolados y pobladísimos. La segunda parte del relato de Cieza es aún más significativa. Los bombres blancos y barbados, extirpados por las hordas de Cari en las islas del Titijaja, no pueden ser sino los compañeros y adoradores del dios creador y civilizador Huiracocha, también blanco, y de luengas bar- bas y vestidos talares, ataviado con grandes báculos, ja- guares y serpientes, según nos lo decriben los cronistas; el dios cuyo mito está indisolublemente unido al lago y en cuyo honor se erigieron las grandes construcciones de Tia- huanaco. La portada monolítica de la Acapana nos lo muestra con sus atributos tradicionales, recibiendo los ho- menajes de sus auxiliares antropomorfos y zoomorfos. Los expertos americanistas Celia Nutall y Julio Tello 10 han identificado como el dios de la lluvia, cuya primitiva repre- sentación fue el jaguar, y cuyos principales símbolos son un pez y un pájaro 12. Los vínculos, cada vez más probables, de los orígenes peruanos con las civilizaciones de Centro América y Mé- jico, aproximan extraordinariamente el ciclo mítico de Hui- racocha a los de Quetza1cohuatl y Tláloc, divinidades az- tecas del viento y la lluvia, y al de Cuculcán, el benéfico 11 Max UbIe, Esfera de influencias del país de los 1ncas, pág. 14 de la Reo. :Híst. del Perú, 1909, tomo IV. 12 Celia Notall (Congreso de Americanistas de Roma, año 1926, Vil\. 1, págs. 132 y sgts.)-Doctor Julio Tello, 'Wira·Cocba, Vol. 1, Lima, 1923; y Antiguo Perú, Primera época, Lima, 1929.-Las misteriosas barbas deben de ser recaerdo de la aureola o complicado collar de la imagen central en la gran portada, qui· zá gotas de lluvia estilizadas.