Libro digital 1 TOMO-5 | Page 148

120 JosÉ DE LA RIVA-AGÜERO decir que unos vinieron de una parte y los otros de otra i y con guerras y contiendas los unos se hacían señores de las tierras de los otros".8 Este mismo Cieza de León, el más abonado y fidedigno de nuestros primeros cronistas, ates- tigua, en dos pasajes, que el cura ca Chirihuana, del gran centro colla de Chucuito, le refirió cómo uno de sus ante- pasados, el caudillo Cari, vino desde Coquimbo en Chile, a fundar aquellos pueblos aymaras, y exterminó en las islas del lago a ciertas gentes blancas y barbadas 9. Tenemos aquÍ una tradición de extraordinaria impor- tancia. Consta, pues, que los Collas recordaban la oriundez de sus remotos abuelos, venidos precisamente de las re- giones de Atacama y el norte de Chile, donde se han ha- llado tan indiscutibles vestigios de la raza colla y tan clara toponimia aymara, y donde la desecación progresiva, que continúa a nuestros ojos, ha tenido que impeler a los ha- bitantes a emigrar hacia el interior 10 8 Cieza de León, Crónica del Perú, cap. CXVI. 9 Idem, cap. C. "El uno de 'ellos entró en la laguna de Titijaja, y halló en la isla mayor de aquel palude gentes blancas y que tenían barbas, con las cua- les peleó de tal manera que los pudo matar a todos" -Segunda Parte, Señorío de los 1ncas, cap. IV, reproducido por Herrera en sus Décadas 10 J. B. Ambrosetti, Apuntes sobre la arqueología de la puna de Atacama (Rev. del :Magisterio de La Plata, tomo XII, año 1906).- Otto von Buchwald (Boletín de la Sociedad Ecuatoriana, tomo 1 año 1918).-G. de Crequi-Monfort, Exploratión en Botivie (Bull. de la Societé de (jéograpbie, 1902).- D'Orbigny. Cbomme Amerícain, t. IV pág. 151.- Oyarzún, 1nfluendas peruanas sobre los aborígenes de Chile (Bol :Museo N"c. de Cbile, tomo II, pág. 3) Y Actas del Congreso de Americanistas de Buenos Aires de 1910 págs. 354 Y sgts.- Joaquín Santa Cruz, 1ndios septentrionales de Cbile CReo. Chilena de :Nist. y (jeo., 1913, tomo VII), escribe: "Al hablar de los atacameños, nO podemos reconocer en ellos una raza especial, y totalmente distinta de sus vecinos Aymaras de Bolivia y de otros pue- blos de Lípiz. La influencia de los aymaras es evidente entre los atacameños: tanto en su conformación física como en sus costumbres y en su mismo idioma, "ay grandes anc.logías. A causa de mezcla de pueblos o por parentesco de na- ciones/ los atacameños tenían estrecha relación con los ayrnaras".- Señala nu- merosos nombres de lugar con la raíz pay, que en aymara significa desierto: Paypote, Paytanasa, Paypaz, Paynegue. Otros, como Chillimaco, Alcota, Chu- rumata, Mallco en Limarí, L1aullao, Tunea, Chala, sólo se interpretan con vo- cabulario aymara. Uble ha acertado en la etimología, aymara del volcán chileno Aconcagua. Yo por mi parte agregaré que junto a Santiago de Chile existe la localidad de Lampa homónima de ¡la provincia puneña, y que Talagante se lla- mó llave.