Libro digital 1 TOMO-5 | Page 128

100 JosÉ DE LA RIVA-AGÜERO demuestra la pureza y casticidad del quechua en que el Ollantay está escrito-, en él se guardan las reglas de la armonía vocálica, del propio modo que en los idiomas uralo-altaicos, 10 mismo que en el turco, 10 mismo que en el magiar. Por todo esto y muchas otras circunstancias, es imposible que el Ollantay provenga de fines del siglo XVIII, como algunos 10 han pretendido. El manuscrito de La Paz, consultado por Tschudi, tenía ya como fecha de copia o representación la del año 1735; mas, por 10 que hemos dicho, parece evidente que la refundición castellana o mes- tiza, a la que debemos el actual texto, ha de ser cuando menos un siglo más antigua. De los cantos incaicos que en ella se intercalan, el haraui de la Escena IV es la obra maestra de ia lírica quechua. D. Bartolomé Mitre, nadie sabe por qué, vió en él una imitación del Cantar de los Cantares. Si no temiera yo insistir demasiado en las analo- gías peruanas con el Asia, que suelen ser casuales simili- tudes, explicaría cómo hace recordar especialmente los can- tos populares de las razas mongólicas, hasta en las ala- banzas a la palidez o relativa blancura de algunas mujeres, cuya existencia en el linaje incaico y en las comarcas de Moyobamba comprueban Garcilaso, Pedro Pizarro y Cieza de León 33. Los caracteres en el Ollantay nada tienen de europeos. El protagonista no obedece al pundonor caballeresco, móvil de todo genuino drama español, sino a la ira y sed de ven- ganza propias de un primitivo. Cusi CóylIur no es hermana de las fuertes heroinas de Lope y Calderón; es una india de verdad, pasiva y resignada, que. no sabe sino amar y sufrir, quena melodiosa pero monótona, sólo henchida de querrellas gemebundas. La madre, la emperatriz o Coya Anahuarqui, contrariando los usos del teatro castellano, sale 33 Véase de preferencia sobre este particular Garcilaso Comentarios :Reales, Primera Parte, Libro V, Cap. XXVIJI- y Cieza de León, Crónica del Perú, Primera Parte Cap. LXXVII.