EL IMPERIO INCAICO
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en sueños. El venado, que huye anhelante por los riscos,
fue un rico cruel, transformado en animal medroso y siem-
pre perseguido, porque despreciaba a su hermano pobre.
En las nubes multiformes que encubren las cimas,ven los
genios benéficos de los Andes i y en las aisladas peñas que
se elevan sobre pajonales, pastores petrificados en castigo
de sus faltas. En las noches de luna nueva, por las lejanías
lucientes o bajo las recortadas sombras del arbolado escaso,
dicen que recorre los campos, en compañía de un buitre y
un puma, una joven hermosísima y atribulada, hija de un
cacique, a la que raptó el Diablo. En las grutas tenebrosas,
creen que duermen tranquilos con sus tesoros los curacas
de la Conquista, que no quisieron sobrevivir a sus legítimos
soberanos.
Abundaron en la mitología peruana las invenciones so-
lemnes o graciosas. Huiracocha, el dios creador y civili-
zador, desaparece andando sobre su manto en las olas del
mar, y profetiza que por el mar vendrán los misteriosos
hombres pálidos a poner término al poderío indígena. El
dios Con, a quien de ordinario se confunde con Huiracocha
o Patchacámaj, sopló a manera de un viento fuerte, al prin-
cipio del Mundo, y erigió las cordilleras y allanó los valles.
La lluvia se debe al cántaro de una doncella celeste, que-
brado por su travieso hermano. El oro y la plata son las
lágrimas del Sol y la Luna. El planeta Venus es el paje fa-
vorito del Sol, de trenzada cabellera. Un zorro se ena-
moró de la diosa Luna, y las huellas de aquellos abrazos
son las manchas de su blanco vestido. La Vía Láctea es un
río de luz, origen de los mares y las fuentes i y la conste-
telación de la Cruz del Sur, el puente o la escalera de los
cielos. Los grandes nevados se llaman "ancianos" CMachu)
o "dorados y santos" (Corohuillca), y los volcanes, "auro-
leados" (Cbimpu). En los reflejos de las nieves perpetuas
e invioladas del Coropuna, figuraron fantásticos palacios.