90 JosÉ DE LA RIVA-ACÜERO
según los cálculos mas probables), emprendiéronse las remotas expediciones bélicas, bajo el reinado de Yupanqui Patchacútej, " El Memorable Reformador del Mundo ". Quedó definitivamente sujeto el Collao; fueron conquistadas las provincias del centro de Bolivia y del Perú; y se redujeron a tributo los curacazgos costeños arriba mencionados, y el vasto Reino de Tujma( Tucumán, que comprendía todo el noroeste de la Argentina), el cual parece haber tenido ya una anterior cultura quechua, y por cuyos desfiladeros occidentales los ejércitos incaicos penetraron en Chile, trasponiendo la Cordillera, y sometieron a vasallaje las dos terceras partes de la región chilena. Los últimos Incas, Túpaj Yupanqui, " El Memorable Glorioso Resplandeciente " y Huayna Jápaj, " El Mozo Poderoso ", a gregaron a sus estados el norte del Perú y el reino de Quito, con Pasto y sus aledaños. Entonces contó el Imperio más de mil doscientos leguas de largo.
No puede haber completa certeza sobre la adjudicación de las conquistas incaicas a cada uno de los soberanos dichos, pues difieren los cronistas, según las versiones orales que recogieron. Hay, no obstante, una base real de fundadas conjeturas, porque existieron fuentes históricas indígenas. No carecieron, en efecto, los Incas de pictografías, aunque harto inferiores a las mejicanas. Cristóbal de Mo Una, el mestizo, y el P. Cobo nos hablan de las tablas pintadas que hubo en el templo de Poquencancha( inmediato al Cuzco y encima del barrio de Cayaucanchi), las cuales tablas daban razón de la vida y hechos de cada uno de los reyes. El P. Acosta menciona( Libro VI, cap. VII y VIII) los tapices historiados de los indios peruanos; y cuatro de estos grandes paños trabajados al uso del país,