Libro digital 1 TOMO-5 | Page 116

88 JosÉ DE LA RIVA-AGÜERO Mientras los sucesores de Manco Jápaj, o sean los Incas Hurincuzcos, los de la primera dinastía cuzqueña, restauraban el poderío de la raza quechua y preparaban el renacimiento de la cultura de Tiahuanaco, las razas cos- teñas, llamadas de ordinario Yungas 22 reanudaban su cul- tura autónoma. Libres de la influencia tiahuanaquense, que las supeditó a fines del período anterior, ofrecen en és- te una nueva cerámica, variadísima, obscura y brillante, con modelados muy diversos y bajorrelieves, además tejidos de- licados, pinturas al fresco en los palacios (en Chanchán, por ejemplo), y una refinada orfebrería. No podemos todavía comprobar si estas civilizaciones de la Costa, posteriores al Imperio de Tiahuanaco, repre- sentan la mera continuación de las primitivas de Nazca, lea y Trujillo, o si hubo aportes de otros inmigrantes, co- mo ciertas tradiciones parecen indicarlo. El reino o curacazgo mas extenso de la segunda época costeña, fue el del Gran Chimú, cuya capital era la popu- losa ciudad de Chachán (ruinas inmediatas a Trujillo) y cuyos dominios dicen haberse dilatado alguna vez desde Piura hasta Nazca. Sin embargo, los valles de Huacho y Chancay, al sur de la fortaleza chimú de Parmunca; los de Lima y Patchacámaj, célebres en todo el Perú, por sus antiguos oráculos; y los de Chincha e lea, focos de añejas culturas, debieron de conservar siempre o recuperar pronto su independencia, respecto del Chimú; y no faltan noti- cias de que el mismo Gran Chimú era ya, antes de la conquista incaica, tributario de los curacas de Cajamarca en la Sierra 23. Las lenguas mas conocidas de la Costa fueron la mo- cbica, la sec y la quingnan, afines de la familia Cbibcba en Colombia, Panamá y Costa Rica (Uhle, Rivet y Beuchat). 22 yuMa en quechua significa "valle o tierra caliente". 23 Sarmíento de Gamboa, Ob. cit. cap. 38.