EL IMPERIO INCAICO
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boa, el P. Cobo, etc). Según Betanzos, el mismo dios Hui-
racocha de Tiahuanaco creó en el Cuzco a los orejones
o Incas, y especialmente a Al1cahuiza, que es el Ayar Uchu
epónimo de uno de los clanes incaicos. Según Sarmiento de
Gamboa, Huiracocha creó a los Incas en Pacaritambo, y
tenía una de sus huacas o adoratorios mas famosos en el
pueblo de Urcos, seis leguas al sur del Cuzco, en tierras
de lengua completamente quechua. Según Coba, en Coata,
isla del Lago, se alzaba la estatua de la diosa J"itijaja,
madre de .los 1ncas, porque esa era su pacarina o solar
originario 16.
Middendorf, Markham y UhIe han pretendido que la
tribu de los Incas era aymara¡ y Jiménez de la Espada se
inclinó a igual suposición 17. La confusión en que se fun-
da dicha hipótesis ha provenido de cerrar los ojos a las
señales de una civilización protoquechua en Tiahuanaco,
generadora de la incaica. Quizo Markham probar la o-
riundez aymara de los Incas con el examen de los vocablos
que de su dialecto peculiar o lenguaje cortesano nos ha
conservado Garcilaso, pero la tentativa no logró éxito sa-
tisfactorio ¡ y en vista de sus resultados lo único plausible
al parecer es reconocer (como el príncipe D. Alfonso Túpaj
Atau se lo aseveró a principios del siglo XVII al P. Cobo) ,
que el idioma privativo de los Incas era el dialecto propio
del lugar de Pacaritambo, el cual era quechua, conforme
Jo acreditan la etnografía y un texto del siglo XVI, de la
Relación del oidor Santil1án, muy experto en antigüedades
indígenas.
Sólo el quechuísmo de los Incas explica que impu-
sieran como idioma oficial de su imperio el dialecto cuz-
queño, que asumieran la dirección de la Liga Quechua,
16 Cobo ob. cit. lib. XIII, cap. XVIII.
17 Véase una de sus notas al P. Cobo, al final dei1 cap. XIX, libro XIV.
No obstante, allí mismo acepta ]iménez de la Espada la probabilidad de "otra
raza, madre de aymaras y quechuas, cuyos idiomas son evidentemente hermanos".