EL IMPERIO INCAICO
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criben los redactores de las Informaciones de Vaca de Cas-
tro 10) como la portuguesa o gallega a la castellana" Estu-
penda muestra de criterio filológico daría quien admitiera
la probabilidad de tales efectos durante el breve período
de la dominación incaica en las regiones extremas del 1 a-
huantinsuyo.
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Contra la opinión de Middendorf y de Uhle, el rumbo
de la lengua y la raza aymaras parece haber sido de sur
'1 norte. En la sugestiva manografía del chileno D. Joaquín
Santa Cruz sobre los indios septentrionales de Chile 12 se
expone el íntimo parentesco de los Atacameños y los Co-
lIas; y con los estudios geográficos de los franceses. Reclus
y Courty se comprueba cómo la progresiva desecación de
Coquimbo, Atacama y Cobija tuvo que impulsar a sus mo-
radores a imigrar hacia las mesetas próximas 13. La Con-
quista de Tiahuanaco y todo el Collao por los aymaras, se
expresa -además de las tradiciones recogidas por Cieza de
León (de labios del curaca de Chucuito, principal centro
aymara)-, en aquella de que se hace eco la muy fidedigna
crónica del P. Cobo al decir que los collas poseían injus-
tamente los santuarios del Lago 14; Y en la versión del
curaca Patchacuti Salcamayhua -indio collahua, y por
consiguiente aymara- sobre los primeros pobladores del
Collao, que en época remota (Porum Patcha) aparecieron
por Potosí. Cieza de León se refiere también especialmente
a la encarnizada guerra de los Canas semi quechuas contra
las gentes del curaca colla Zapana, que eran 1állaj Ppa-
cha o "pueblos de vestidos angostos" a diferencia de
10 Publicadas también por jiménez de la Espada. Una antigualla peruana
(Madrid, 1892).
11 Nombre indígena del Imperio de los Incas.
12 1I.ev. Cbilena de 1Iis. y Yeogr. T. VIII, 1913.
13 Eliseo Reclus, :Nouvelle yeograpbie Universalle, T. XVIII, L.es regions an-
dines (París, 1893), págs. 39, 709, 745 746 756.
-G. Courty, Explora/iolls geologiques dans I'Ámerique du Sud (París, 1907);
págs. 1 í a 21.
14 Cobo, :Historia del :Nuevo Mundo, lib. XIII, cap. XVII!.