Libro digital 1 TOMO-5 | Page 109

EL IMPERIO INCAICO 81
pobreza de las tradiciones eolIas sobre los edificios del Tiahuanaco, que contrasta con la abundancia y riqueza de las leyendas quechuas sobre aquel lugar sagrado y toda la altiplanicie del Titicaca. Es mas: las edificaciones del pueblo de Tiahuanaco y sus cercanías se clasifican en tres estilos, bien distintos y caracterizados. El postrero, a que pertenece el palacio en que nació el Inca Manco 11( el soberano contemporáneo de la Conquista español), es indudablemente incaico, última transformación de la arquitectura indígena. El primer estilo de aparejo ciclópeo, es el propio y legítimo tiahuanaquense, a cuya propagación por el occidente de Sud-América me he referido arriba. El intermedio, diferente de ambos, es el que el mismo Uhle reconoce como obra de los Caris, curacas aymaras, cuya procedencia atacameña y establecimiento en el Collao relata el cronista Cieza. Luego si las construcciones mas antiguas de Tiahuanaco se distinguen de las de la época conocidamente aymara, habrá que explicar esta diferencia, como en las demás ruinas del Perú, por la sucesión de diversas razas. La conclusión puede extenderse a todas las tumbas del Collao; porque nada tienen de común los dólmenes de la comarca con las chulpas aymaras. A mayor abundamiento, los monumentos primitivos de Tiahuanaco ofrecen, en sentir de muchos viajeros, pruebas de remota destrucción o de haber quedado interrumpidos e inconclusos. ¿ Se concibe que los Colla s destruyeran su propia ciudad santa; o que suspendieran de pronto las obras por muerte de los gobernantes o arquitectos, como con verdadera candidez lo supone Tschudi? 8 Mucho más racional parece admitir la invasión, cuya memoria queda en los textos de Cieza y del indio collahua Juan Pachacuti Salcamayhua 9.
8 En sus Contribuciones al estudio del: Perú antiguo( Viena, 1892). 9 Señorío de los 1ncas, cap. IV; 7res relaciones de antigüedades peruanas. Publicadas ambas obras por Marcos Jiménez de la Espada.