Libro digital 1 TOMO-5 | Page 105

EL IMPERIO INCAICO 77 por íntegramente mitológicos los relatos que los naturales de la Costa conservaban sobre su arribo marítimo a las pla- yas del Perú. Bandelier procedió en esto con su extremosi- dad y suspicacia acostumbradas. 3 Las condiciones del Océano Pacífico en aquellas latitudes hacían mucho más fá- ciles las expediciones navales costaneras que no el camino de los desiertos o el descenso de los Andes, cuyas faldas ocupaban tan distintas naciones. Infinitas circunstancias in- ducen a creer actualmente que los primitivos civilizadores de la Costa, proceden del Norte, y no del interior o sea de la Sierra, por mas que a ella extendieran en lo sucesivo su influjo, y pueda así atribuírseles el bajorrelieve de Cha- vÍn de Huántar, junto a Huánuco, que se guarda en el Museo Nacional de Lima. Comenzaban entretanto en la Sierra las civilizaciones propiamente andinas, las llamadas hoy por nosotros Ay- mara y Quechua, basadas en el cultivo de la papa y la domesticación del llama. Las razas quechua y aymara son hermanas gemelas, braquicéfalas ambas, y tan semejantes en todo que D'Orbigny las reputó el mismo tipo étnico. Observadores modernos mas minuciosas, Chervin y Rou- ma, han advertido después algunas diferencias, pero tan leves que resultan insignificantes. Los respectivos idiomas tienen igual fonética y morfología; y la divergencia de sus vocabularios, aunque efectiva, se ha exagerado muchísimo. El examen del caucfui, dialecto que unos pocos indios ha- blan aun en las serranías de Yauyos (departamento de Lima), permite adivinar un paleocfuechua, una perdida lengua común, de la que el quechua y el aymara deben de proceder. Los unen los mismos nexos que en otras familias 3 Vid en American Antbropologist. T. VII.