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Levítico
14. 10–23
pelo, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en agua, y será
limpio. El día octavo tomará dos corderos sin defecto, y una
cordera de un año sin tacha, y tres décimas de efa de flor de
harina para ofrenda amasada con aceite, y un log de aceite. Y
el sacerdote que le purifica presentará delante de Jehová al que
se ha de limpiar, con aquellas cosas, a la puerta del tabernácu-
lo de reunión; y tomará el sacerdote un cordero y lo ofrecerá
por la culpa, con el log de aceite, y lo mecerá como ofrenda
mecida delante de Jehová. Y degollará el cordero en el lugar
donde se degüella el sacrificio por el pecado y el holocausto, en
el lugar del santuario; porque como la víctima por el pecado,
así también la víctima por la culpa es del sacerdote; es cosa
muy sagrada. Y el sacerdote tomará de la sangre de la víc-
tima por la culpa, y la pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de
la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su ma-
no derecha y sobre el pulgar de su pie derecho. Asimismo el
sacerdote tomará del log de aceite, y lo echará sobre la palma
de su mano izquierda, y mojará su dedo derecho en el aceite
que tiene en su mano izquierda, y esparcirá del aceite con su
dedo siete veces delante de Jehová. Y de lo que quedare del
aceite que tiene en su mano, pondrá el sacerdote sobre el ló-
bulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de
su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, encima
de la sangre del sacrificio por la culpa. Y lo que quedare del
aceite que tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que
se purifica; y hará el sacerdote expiación por él delante de Je-
hová. Ofrecerá luego el sacerdote el sacrificio por el pecado, y
hará expiación por el que se ha de purificar de su inmundicia;
y después degollará el holocausto, y hará subir el sacerdote
el holocausto y la ofrenda sobre el altar. Así hará el sacerdote
expiación por él, y será limpio. Mas si fuere pobre, y no tu-
viere para tanto, entonces tomará un cordero para ser ofrecido
como ofrenda mecida por la culpa, para reconciliarse, y una
décima de efa de flor de harina amasada con aceite para ofren-
da, y un log de aceite, y dos tórtolas o dos palominos, según
pueda; uno será para expiación por el pecado, y el otro para
holocausto. Al octavo día de su purificación traerá estas cosas
al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión, delante
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