EL LIBRO DE ENOC
2 En esta visión vi en mi sueño lo que digo ahora con la lengua de carne, con el aliento de mi boca, que el
Grande ha dado a los humanos para que hablen con ella y para que comprendan en el corazón. Así como
Dios ha creado y destinado a los hijos de los hombres para que entiendan las palabras de conocimiento, así
me ha creado, hecho y destinado a mí para que reprenda a los Vigilantes, a los hijos del cielo.
3 Vigilantes: yo escribí vuestra petición y en una visión se me reveló que no será concedida nunca y que
habrá juicio por decisión y decreto contra vosotros,
4 que a partir de ahora no volveréis al cielo y por todas las épocas no subiréis,
5 porque ha sido decretada la sentencia para encadenaros en las prisiones de la tierra por toda la eternidad.
6 Pero antes veréis que todos vuestros seres queridos irán a la destrucción con todos sus hijos y las riquezas
de tus seres queridos y de sus hijos no las disfrutaréis y ellos caerán en vuestra presencia por la espada de
destrucción.
7 Pues vuestra petición por ellos ni la petición por vosotros serán concedidas. Continuaréis pidiendo y
suplicando y mientras lloráis no pronunciéis ni una palabra del texto que he escrito.
8 Esto me fue revelado en la visión: He aquí que las nubes me llamaban, la neblina me gritaba y los
relámpagos y truenos me apremiaban y me despedían y en la visión los vientos me hacían volar, me
levantaban en lo alto, me llevaban y me entraban en los cielos.
9 Entré en ellos hasta que llegué al muro de un edificio construido con piedras de granizo, rodeado y
cercado completamente con lenguas de fuego que comenzaron a asustarme. (Ac 2:3)
10 Entré por esas lenguas de fuego hasta que llegué a una casa grande construida con piedras de granizo
cuyos muros. eran como planchas de piedra; todas ellas eran de nieve y su suelo estaba hecho de nieve
11 Su techo era como relámpagos y trueno y entre ellos querubines de fuego y su cielo era de agua.
12 Un fuego ardiente rodeaba todos sus muros cercándolos por completo y las puertas eran de fuego
ardiente.
13 Entré en esta casa que era caliente como fuego y fría como nieve. No había en ella ninguno de los
placeres de la vida. Me consumió el miedo y el temblor se apoderó de mí.
14 Tiritando y temblando caí sobre mi rostro y se me reveló una visión:
15 He aquí que vi una puerta que se abría delante de mí y otra casa que era más grande que la anterior,
construida toda con lenguas de fuego.
16 Toda ella era superior a la otra en esplendor, gloria y majestad, tanto que no puedo describiros su
esplendor y majestad.
17 Su piso era de fuego y su parte superior de truenos y relámpagos y su techo de fuego ardiente.
18 Me fue revelada y vi en ella un trono elevado cuyo aspecto era el del cristal y cuyo contorno era como el
sol brillante y tuve visión de querubín.
19 Por encima del trono salían ríos de fuego ardiente y yo no resistía mirar hacia allá.
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