Libre Fantasía Junio 2017 | Seite 17

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sobre sus pies se empezaron a mostrar mezcladas con tierra y barro, y la suavidad de su textura alivió sus pasos. Las nubes comenzaron a abrirse a su alrededor y el espectáculo que vio lo dejo sin aliento. Las paredes rocosas que estaba escalando terminaban contra la tela azul, y vio además que se encontraban bañadas de un reflejo dorado que nunca había visto. Levantó sus manos y vio que el dorado también las bañaba y producían una sombra sobra la pared de roca. Un escalofrío recorrió su espalda, giró lentamente y un resplandor tan fuerte como nunca había visto le hizo entrecerrar los ojos.

Cuando pudo acostumbrarlos los abrió un poco más viendo como el techo del mundo ahora comenzaba casi a sus pies, y alfombraban todo el cráter de la pared rocosa. Entonces, más allá de la alfombra de nubes, y por encima de la pared rocosa que las contenía, encontró a Nu´g-tha, como un disco naranja y enceguecedor, semioculto por las puntas rocosas de la pared. Asustado cae de rodillas cerrando los ojos, recordando la prohibición de ver directamente a Nu´g-tha, pero los volvió a abrir; y mirando hacia abajo sus manos bañadas en sus rayos dorados supo que no había quedado ciego. Levanto tímidamente la vista, y descubrió emocionándose hasta las lágrimas como Nu´g-tha bajaba lentamente ocultándose por detrás los dedos de la pared rocosa.