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III. Recentralización mandada por el Estado y la consolidación del capital del Partido en los medios Dentro de la dinámica China, ningún periódico puede nacer como un ente independiente del Partido. De hecho, antes de poder crearse deben pasar por la revisión del mismo y ser registrados por un publicista institucional o algún promotor, ambos gubernamentales. Estas instituciones también regulan el contenido editorial de las publicaciones.
En cuanto a sus temáticas, solo las publicaciones de los comités del Partido pueden ser generalistas. Las demás deben confinarse ya sea a un grupo particular o a un área de especialización.
Muchos de los periódicos terminan siendo mera propaganda para la institución que los respalda. Se convierten en productos del“ capitalismo burocrático” definido por el autor como
“ una forma particular de capitalismo estatal que le permite al Estado utilizar su poder para obtener ganancias a partir de actividades capitalistas.”
El caso de los medios audiovisuales es similar en cuanto a la centralización de la regulación. En los 70s, al verse incapaz de proveer con la suficiente inversión a las diferentes televisoras y radio emisoras, el gobierno central permitió que los gobiernos locales tuvieran cierta influencia en los medios. Ello desembocó en una gran variedad de canales y radios locales. Posteriormente, en los 90s, con la llegada de la televisión por cable, la oferta de canales siguió aumentando, poniendo incluso en peligro el monopolio de China Central Television( CCTV).
Con todos los medios que existían a su alrededor, el Estado optó por los conglomerados y las fusiones empresariales para recuperar el poder central. Ante la amenaza de la recentralización, algunos medios locales han resistido e incluso han logrado mantener cierta autonomía.
El primer intento de conglomerado se estableció como el Wuxi Broadcasting Bureau. La producción era centralizada y la administración estaba completamente mezclada en la estructura corporativa. Posteriormente vendría el primer conglome- rado de una región en la provincia de Hunan.
Este tipo de mercado estructurado por el gobierno se terminó de consolidar en 2001 con la creación del Shanghai Culture and Broadcasting Group en abril y posteriormente, en diciembre con el China Radio, Film & Television Group, creado una semana antes de que China entrara a la Organización Mundial de Comercio.
Los conglomerados están fuertemente ligados al futuro del Partido. Los editores y personal de administración son nombrados directamente por el mismo, y le rinden cuentas directamente. Sin embargo, en lo que tiene que ver con propiedad, se supone que los medios pertenecen al Estado, independiente del Partido, pero la realidad es muy diferente. El Partido es propietario de todos los conglomerados.
IV. Liberalización negociada: Capital privado y foráneo en los medios El caso chino actual es bastante interesante, pues fuera de todo el control estatal de la mayoría de los conglomerados, la apertura del mercado ha empezado a concretarse en una liberalización más‘ a la occidental’ con magnates como Wang Changtian.
Después de dedicarse a producir programas para Beijing Television, creó Beijing Light Television Producction Company, la cual ha crecido exponencialmente, especialmente gracias a su versión de Entertainment Tonight, llamada China Entertainment Report. En lo que toca a la política, Wang es muy discreto y procura no meterse, está consciente de los límites. En China ser explícitamente político o políticamente incorrecto es igual a suicidio empresarial. Además de Wang, para 2000 ya existían alrededor de 317 estudios privados de televisión.
De esta manera, existe capital privado invirtiendo en empresas mediáticas, a la vez que el Partido y sus conglomerados mediáticos incrementan su capital por medio del mercado de valores.
Uno de estos conglomerados que ha resultado sumamente exitoso es el Hunan Broadcasting Bureau, con sus programas especialmente light, que, según el autor, son la manera más rápida y segura de acumular capital. La televisión de entretenimiento en China es una manera de distraer a las masas.