LA RESISTENCIA ETERNA
Por: Daniela Bautista Jiménez
INTERNACIONAL
“La paz no es solamente la ausencia de la guerra; mientras haya pobreza, racismo,
discriminación y exclusión difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz”.
(Rigoberta Menchú, 2014).
Al igual que otros países latinoamericanos,
Guatemala se vio afectada por la Guerra Fría
en el siglo XX, debido a los choques entre el
liberalismo y el conservadurismo, dándose
un enfrentamiento de ideologías que
llevaron a una “era de extremos”
(Hobsbawm, 1994), en la que había luchas
revolucionarias
y
represión
contrarrevolucionaria. Para Guatemala, la
revolución llegó en 1954 y dio paso al
intervencionismo
estadounidense
que
apagó esta rebelión y terminó convirtiendo
a Guatemala en un ejemplo perfecto de
cómo apagar la chispa del comunismo. Ante
la represión, se empezaron a crear y
movilizar grupos clandestinos para luchas
sociales y laborales de resistencia como el
Era del terror
Entre los años de 1981 y 1983 se cometió
un genocidio en contra de la comunidad
indígena maya de Guatemala como
resultado de décadas de violencia en contra
de esta comunidad. A este genocidio se le
conoce como el “Holocausto silencioso”
(CEH, 1999). Aún antes de las matanzas los
indígenas ya vivían segregados; sin
embargo, el genocidio marcó la era más
violenta para los mayas. En 1999, se abrió un
caso para juzgar estos crímenes en contra
de la humanidad, juicios que tendrían fin
hasta el año 2015. Antes del juicio y de los
crímenes es válido preguntarnos ¿cómo se
originó la violencia?
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