hombres impunes, no se les revuelve el
estómago con ganas de vomitar, gritar,
llorar y hasta de hacer algo al respecto.
una gran inequidad respecto a las
condiciones laborales. Hay una enorme
violencia implícita en muchas de las
condiciones en las que las mujeres viven,
como las niñas que no tienen acceso a
educación o que son prometidas para ser
“esposas”, otras más que nunca podrán
aspirar a ejercer una carrera porque sus
familias les inculcan que su aspiración más
grande debe ser casarse y que solo para eso
existen, y otras tantas que sufrirán una vida
de violencia y tortura doméstica pues deben
aguantar lo que su marido decida y exija.
Hay tres puntos de vista a raíz de este
movimiento social: “Vivas nos queremos”,
“No me representan” y el “Me va y me
viene”. Pero el mayor problema es la falta de
entendimiento, la falta de información, las
ganas de hablar sin saber y de atacar lo que
no se comprende. El feminismo no es un
grupo radical que busca dividir, atacar o
fomentar el odio hacia los hombres; es un
movimiento político y social que busca la
toma de conciencia de las mujeres como
grupo, en contra de la subordinación,
opresión, la violencia sexual y explotación,
busca condiciones de igualdad de derechos
y oportunidades para las mujeres en
comparación con los hombres, así como
condiciones sociales equitativas para ambos
sectores.
Pero pese a todo esto, el mayor reto del
feminismo en México radica en que como
sociedad entendamos de qué va. El
feminismo no es que las mujeres dejen de
casarse, o parir, o ser amas de casa, no es
que dejen de rasurarse y de enamorarse de
hombres, no es que empiecen a golpearlos y
a odiarlos, no es que dejen de respetarlos o
de respetar a otras mujeres porque ellas
toman decisiones diferentes a las que se
promueven a favor de la lucha. Si hablamos
de feminismo y de lo que busca en sentido
estricto estamos hablando de que el mundo
tenga las condiciones necesarias para que
las mujeres puedan decidir si quieren
embarazarse o no, si quieren ser
profesionistas o no, qué tipo de
profesionistas, que puedan decidir sobre su
cuerpo, vivir su sexualidad libremente sin
ser llamadas de cual o tal forma, que puedan
vestirse libremente sin ser acosadas,
violadas o asesinadas por ello, que puedan
decir “no” y que su respuesta se respete sin
necesitar el respaldo de alguien más. Esto
también incluye que puedan decidir
marchar o no con otras mujeres que
marchan por ellas y que puedan casarse o
no sin que esto les señale como traidoras de
la causa.
Atender la demanda legítima de
erradicación de la violencia de género es
esencial, y merece toda la atención del
gobierno. Además de la implementación de
diversas acciones como lo son las Mujeres
Abogadas en cada Ministerio Público, la red
de Mujeres por la Igualdad y la No Violencia,
los 27 centros de Atención Integral y los tres
Centros de Justicia para las Mujeres, se
requiere
más,
más
esfuerzos,
más
infraestructura, más plataformas, más leyes,
pero sobre todo más compromiso para la
construcción de instituciones sólidas y con
estrecho apego al derecho que garanticen
de una manera irrevocable la seguridad de
las mujeres y restituyan la confianza en el
ejercicio de la justicia y la paz.
El feminismo da mucho para donde ir. En
México hay entidades en donde se solicita la
alerta de género urgentemente y las
autoridades se niegan a otorgarla, existe
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