CASOS
EN MÉXICO NO ME CUIDAN,
ME VIOLAN
Por: Elizabeth Vázquez
Las mujeres de México despertamos todos los días preguntándonos qué significa salir a la
calle siendo mujer en este país, un país con tantos problemas de seguridad y de educación;
nos preguntamos qué será adecuado vestir y a qué hora será oportuno regresar; qué ruta
debemos tomar, y con qué personas salir; en qué momento un no será bien recibido y en
qué momento el no tiene que ser justificado.
La situación es crítica, pero fácil de
explicar: ser mujer en México significa vivir
aterrorizada: un día despertar y enterarte
del asesinato de Dafne Michelle; otro día
cae muerta Judith Abigail y nos enteramos
de que la familia de Fátima Quintana está en
pie de lucha tras su muerte; Otilia de 70
años falleció tras ser golpeada y violada en
su propia casa; una joven de 17 años es
violada por fuerzas policiales en la alcaldía
de Azcapotzalco… Preguntémonos ¿cuál es
el común denominador de todos estos
casos? Sencillo, hombres fuera de los
márgenes de la justicia.
ocurridos a los monumentos, instituciones y
estaciones del metro. No se cuestiona el
porqué, sino el qué. ¿Qué necesidad había
de
hacer
tantos
destrozos?
¿Qué
justificación tenían para vandalizar la ciudad
de ese modo?
Más importante es que nos preguntemos
¿por qué tantas mujeres estuvieron de
acuerdo con estas actitudes? Tanto de
aquellas que realizaron los destrozos, como
de las que solo veían o las que no fueron a la
manifestación.
Realmente,
es
una
explicación
muy
sencilla.
Se
llama
indignación, enojo, cansancio, sed de
justicia y frustración. Cuesta trabajo
entender que haya quienes no comparten
estos sentimientos. Cómo es que, al
escuchar, leer o mirar una y otra vez
noticias de mujeres violentadas por
Después de leer más de 20 artículos de la
marcha del 16 de agosto de este año, hay
una sola cosa que cobra más importancia
que la marcha misma porque se recalca en
todos y cada uno de ellos: los destrozos
15