El “Holocausto Silencioso” es un ejemplo perfecto de
los lamentables y minimizados daños colaterales de la
Guerra Fría que trataron de ser ocultados a toda costa.
Después del genocidio y su juicio para la obtención de
“justicia”, la situación de las comunidades mayas no ha
mejorado mucho y, aunque en la actualidad no exista una
persecución sistemática por cierta ideología o fin como
lo era el comunismo, es imposible negar que viven
situaciones difíciles, pues al ser exterminado gran parte
de su pueblo, se convirtieron en una minoría vulnerable
que se enfrenta a falta de justicia, seguridad ciudadana,
marginación, desigualdad y discriminación, lo que afecta
directamente sus derechos humanos. Por lo anterior su
movimiento se ha convertido en una resistencia que
parece eterna, pues han luchado contra los abusos
sistemáticos por más de 500 años y, con seguridad,
podemos pensar que esta resistencia no cesará mientras
su comunidad no obtenga justicia y mejores condiciones
de vida.
9