de la Salud (OMS) durante las primeras 12 semanas de gestación, que
recomienda administrar las tabletas cada 3 horas, y no cada 8.
La adolescente y su madre se entrevistaron con una abogada,
quien ofreció presentar un amparo alegando que, al negarle el aborto,
el Estado estaba sometiendo a la joven a tratos crueles e inhumanos.
Sin embargo, un día antes de presentar dicho amparo, el médico se
comunicó con la madre de la menor y las citó a la mañana siguiente,
mencionando que un juez acababa de autorizar el procedimiento.
Según el relato de la joven, durante todo el procedimiento se vio
acosada por personal médico, siendo bombardeada con preguntas
como: “¿Tú sí estás consciente de que los bebés no tienen la culpa?”.
Según datos del Grupo de Información en Reproducción Elegida
(GIRE), –organización enfocada en la defensa de los derechos
reproductivos–, incluso en años posteriores a las reformas, se tiene
registro de muy pocos abortos por casos de violación practicados. Las
historias de estas dos jóvenes no están aisladas, como ellas hay muchos
más. Aun cuando México ha avanzado de manera importante en
términos de la legislación del aborto en casos de violación, el problema
radica en la negativa de funcionarios públicos y personal médico de
cumplir con los estatutos que dicta la ley, concretamente, con la Ley
General de Víctimas y la Norma 046.
Han pasado ya algunos años desde que los casos de la joven en
Jalisco y la menor en Sinaloa salieron a la luz, pero poco avance en la
implementación de las nuevas reformas se ha visto reflejado desde
entonces. Tanto las víctimas como los funcionarios de salud han
propiciado el entorpecimiento del proceso de aborto en casos de
violación al desconocer la ley o los nuevos lineamientos de la misma.
Las preguntas son: ¿qué acciones hacen falta para el pleno
conocimiento de la ley? ¿Qué podemos hacer para que las normas sean
verdaderamente reconocidas tanto por los ciudadanos como por
funcionarios públicos? Todavía queda mucho tramo que recorrer en el
camino al respeto de los derechos reproductivos de las mujeres, pero la
información es el primer paso que debemos tomar hacia él.
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