intimidad. Esto explicaría la propensión al gasto desmesurado en
plataformas de simulación de vida como Habbo o Second Life, donde se
llegan a generar dinámicas de mercado complejas y paralelas a la
realidad, aunque aún así guardando una relación estrecha con la
economía real, llegando a extremos como la inversión millonaria de
335,000 dólares en propiedad virtual (Forbes, 2010)
Avatares en la plataforma de simulación de vida “Second Life”
Se asume la aspiracionalidad a un yo emancipado y autónomo,
aunque se mantiene la conciencia de su fragilidad y finitud, de su
dependencia a la percepción ajena. Bajo estas presiones,- por un lado las
externas impuestas por los medios masivos en busca de consumidores y
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