Lex Scripta Abril 2019 | Page 13

Este problema ha estado estrechamente ligado a las tradiciones y costumbres de las comunidades que lo practican convirtiéndose en un problema tolerado por los mismos. Sus consecuencias llegan a ser atroces para los menores forzados a casarse, reduciendo así su calidad de vida y oportunidades para desarrollarse en un ambiente apto para los niños. Es importante considerar que el matrimonio infantil es un problema que afecta principalmente a infantes del sexo femenino. Según datos brindados por la ONG Save the Children, las niñas no solo son más propensas a casarse a temprana edad sino que representan 77.3% del problema en México (Save the Children, 2019). Esto no es una sorpresa, el problema está fuertemente ligado a la violencia sistemática contra las mujeres, que parece haberse enraizado en la cultura mexicana desde sus tradiciones. En comunidades en donde se tolera esta práctica, se les ve a las mujeres como una carga económica de la cual se puede deshacer “casándolas”, mientras que a un varón se le ve como una inversión a largo plazo a quien se le puede heredar y solicitar que sostenga a la familia. En México existen dos principales razones para casar a una menor de edad, por tradición o por embarazo prematuro. Cuando se da por tradición, hablamos de una larga línea generacional que practicó el matrimonio infantil. Existe una mentira generalizada en ciertas comunidades en la que se cree que casando a una niña a temprana edad se le garantiza un futuro, un techo, comida o incluso protección en contra de abusos sexuales. Cuando hablamos de matrimonio infantil por embarazo prematuro, hablamos de una presión social e incluso familiar para casarse. Dentro de este rango entran problemas como el aborto, ya que existen aún muchos estados reacios a permitirlo, por lo que niñas se ven en la necesidad de comenzar una vida materna y marital cuando, evidentemente, aún no están listas. Son bebés trayendo bebés al mundo. Todos estos factores están relacionados con la falta de educación y pobreza, mismos factores que crean un círculo vicioso para las mujeres que entran él. Según datos brindados por el Gobierno Federal, el 73% de las mujeres que viven en esta situación dejaron la escuela para dedicarse al hogar y a su hijos (Comisión Nacional para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, 2019), truncandoles las oportunidades de un mejor trabajo y por lo tanto una mejor situación económica.