LETRINA LETRINA #3 Septiembre - octubre 2012 | Page 35

me haga el favor”. No le haría el favor. Ella lavó sus manos. Manchas, manchas, manchas, sangre, manchas, manchas, manchas. Más manchas, más sangre. Y su ropa, ¡su ropa! ¿Cómo haría para eliminar el rojo escarlata de su vestido aperlado! No sabía qué le daba más horror: el vestido, la sangre, él, haber, haberlo… No se atrevía siquiera a pensar en lo que hizo. Lo sabía muy bien, lo sabía perfectamente; pero fue repentino, un lapsus, un impulso, unas inmensas ganas de… Sufría. Cada minuto perdía más sangre, quizá ya había perdido un litro o poco más. Le dolía tanto, y no entendía; él no había hecho nada, no era su culpa. Estaba ahí, después de tanto. Debía aceptar y confesarse que no tenía remota idea del por qué; le dolía, pero le dolía aún más la h