Leemos el camino segundo A Los chicos leemos El camino versión 2 B con introd | Page 69

—Será el gato. —No, no; son pisadas. —También el gato pisa. —Entiéndeme, son pisadas de personas. No serán ladrones, ¿verdad? La Guindilla mayor cortó: —Toma, la sal. La Lepórida miró de nuevo al techo, olisqueó el ambiente con insistencia y, ya en la puerta, se volvió: —Lola, sigo oyendo pisadas arriba. —Está bien. Vete con Dios. Pocas veces la tienda de las Guindillas estuvo tan concurrida como aquella tarde y pocas veces también, de tan crecido número de clientes, salió una caja tan mezquina 239 . Rita, la Tonta, la mujer del zapatero, fue la segunda en llegar. —Dos reales de sal —pidió. —¿No lo llevaste ayer? —Puede. Quiero más. Al cabo de una pausa, Rita, la Tonta, bajó la voz: —Digo que contador. tienes luz arriba. Estará corriendo el —¿Vas a pagármelo tú? 239 Mezquina: falta de generosidad 69