Leemos el camino segundo A Los chicos leemos El camino versión 2 B con introd | Page 56

Sin saber aún por qué, Daniel, el Mochuelo, relacionaba todo esto con una conversación sostenida con su madre, cuatro años atrás, al mostrarle él la estampa de una exuberante 197 vaca holandesa. —Qué bonita, ¿verdad, Daniel? Es una vaca lechera — dijo su madre. El niño la miró estupefacto. Él no había visto leche más que en las perolas 198 y los cántaros. —No, madre, no es una vaca lechera; mira, no tiene cántaras 199 —enmendó. La madre reía silenciosamente de su ingenuidad. Le tomó en el regazo y aclaró: —Las vacas lecheras no llevan cántaros, hijo. Él la miró de frente para adivinar si le engañaba. Su madre se reía. Intuyó Daniel que algo, muy recóndito 200 , había detrás de todo aquello. Aún no sabía que existiera "eso", porque sólo tenía tres años, pero en aquel instante lo presintió. —¿Dónde llevan la leche entonces, madre? —indagó, ganado por un súbito afán de aclararlo todo. Su madre se reía aún. Tartamudeó un poco, sin embargo, al contestarle: —En... la barriga, claro —dijo. Como una explosión retumbó la perplejidad del niño: 197 Exuberante: Muy abundante y copioso . 198 Perola: Especie de perol , más pequeño que el ordinario . 199 Cántara: Medida de capacidad para líquidos Recóndito: Muy escondido, reservado y oculto. 200 56