Leemos el camino segundo A Los chicos leemos El camino versión 2 B con introd | Page 192

bueno. Pero Tomás, el hermano colocado en una empresa de autobuses, se enfadó al ver la leyenda y cortó el trozo donde decía "Tiñoso", dejando sólo: "tus amigos Mochuelo y Moñigo no te olvidarán jamás". Mientras Tomás cortaba la cinta y los demás le contemplaban, Daniel, el Mochuelo, depositó con disimulo el tordo en el féretro, junto al cadáver de su amigo. Había pensado que su amigo, que era tan aficionado a los pájaros, le agradecería, sin duda, desde el otro mundo, este detalle. Mas Tomás, al volver a colocar la corona fúnebre a los pies del cadáver, reparó en el ave, incomprensiblemente muerta junto a su hermano. Acercó mucho los ojos para cerciorarse 677 de que era un tordo lo que veía, pero después de comprobarlo no se atrevió a tocarlo. Tomás se sintió recorrido por una corriente supersticiosa. —¿Qué... quién... cómo demonios está aquí esto? — dijo. Daniel, el Mochuelo, después del enfado de Tomás por lo de la corona, no se atrevió a declarar su parte de culpa en esta nueva peripecia. El asombro de Tomás se contagió pronto a todos los presentes que se acercaban a contemplar el pájaro. Ninguno, empero, osaba tocarlo. —¿Cómo hay un tordo ahí dentro? Rita, la Tonta, buscaba una explicación razonable en el rostro de cada uno de sus vecinos. Pero en todos leía un idéntico estupor. —Mochuelo, ¿sabes tú...? —Yo no sé nada. No había visto el tordo hasta que lo dijo Tomás. Andrés, "el hombre que de perfil no se le ve", entró en aquel momento. Al ver el pájaro se le ablandaron los ojos y comenzó a llorar silenciosamente. —Él quería mucho a los pájaros; los pájaros han venido a morir con él —dijo. El llanto se contagió a todos y a la sorpresa inicial sucedió pronto la creencia general en una intervención ultraterrena. Fue Andrés, "el hombre que de perfil no se le ve", quien primero lo insinuó con voz temblorosa. 677 asegurarse 192