Leemos el camino segundo A Los chicos leemos El camino versión 2 B con introd | Page 146

antes cima a su castigo: —Cuando perdido el uso de los sentidos, el mundo todo desaparezca de mi vista y gima yo entre las angustias de la última agonía y los afanes de la muerte... —Jesús misericordioso, tened compasión de mí. Sara, ¿has terminado? Ella cerró el devocionario 546 . —Sí. —Ale, abre. —¿Escarmentaste 547 ? —Sí, Sara; hoy me metiste mucho miedo. Se levantó la Sara y abrió la puerta del pajar visiblemente satisfecha. Comenzó a bajar la escalera con lentitud. En el primer rellano 548 se volvió. —Ojo y no hagáis porquerías —dijo, como estremecida por un difuso 549 presentimiento. El Moñigo, el Mochuelo y el Tiñoso se precipitaron hacia el ventanuco del pajar sin cambiar una palabra. El Moñigo retiró las telarañas de un manotazo y se asomó a la calle. Inquirió 550 angustiado el Mochuelo: —¿Salió ya? —Está sacando la silla y la labor. Ya se sienta —su voz se hizo repentinamente apremiante—. ¡El Peón viene por la esquina de la calle! El corazón del Mochuelo se puso a bailar locamente, más locamente aún que cuando oyó silbar al rápido a la entrada del túnel y él le esperaba dentro con los 546 547 548 549 550 Libro que contiene varias oraciones para uso de los fieles Aprender de la experiencia propia o ajena para evitar caer en los mismos errores Superficie horizontal y plana, mayor que el escalón, en que termina cada tramo de una escalera Vago, impreciso Indagar, averiguar o examinar cuidadosamente algo 146