Leemos el camino segundo A leemos el camino A con introducción | Page 33
Don José, el cura, tragaba saliva:
—No sería difícil, hija.
—Entonces me acuso, padre, de que podría ser protestante de haber nacido en
Inglaterra.
Doña Lola, la Guindilla mayor, tenía treinta y nueve años cuando Daniel, el Mochuelo,
nació. Tres años después, el Señor la castigó en lo que más podía dolerle. Pero no es
menos cierto que la Guindilla mayor se impuso a su dolor con la rigidez y
destemplanza 129 con que solía imponerse a sus convecinos.
El hecho de que a doña Lola se la conociera por la Guindilla mayor ya hace presumir
que hubiese otras Guindillas menores. Y así era; las Guindillas habían sido tres, aunque
ahora solamente restasen dos: la mayor y la menor; las dos Guindillas. Eran hijas de un
guardia civil, durante muchos años jefe de puesto en el pueblo. Al morir el guardia, que,
según malas lenguas, que nunca faltan, falleció de pena por no tener un hijo varón, dejó
unos ahorros con los que sus hijas establecieron una tienda. Naturalmente que el
sargento murió en unos tiempos en que un suboficial de la Guardia Civil podía, con su
sueldo, vivir discretamente y aun ahorrar un poco. Desde la muerte del guardia — su
mujer había muerto años antes— Lola, la Guindilla mayor, se hizo cargo de las riendas
del hogar. Se impuso a sus hermanas por edad y por estatura.
Daniel, el Mochuelo, no conoció mas que a dos Guindillas, pero según había oído decir
en el pueblo, la tercera fue tan seca y huesuda como ellas y, en su época, resultó un
problema difícil diferenciarlas sin efectuar, previamente, un prolijo 130 y minucioso 131
análisis.
Nada de eso desmiente que las dos Guindillas menores hicieran pasar, en vida, a su
hermana mayor un verdadero purgatorio. La del medio era dejada y perezosa y su
carácter y manera de ser trascendía al pueblo que, por los gritos y estridentes 132
reconvenciones que a toda hora salían de la trastienda y la casa de las Guindillas, seguía
la mala, y aun peor, situación de las relaciones fraternas. Eso sí, decían en el pueblo y
debía ser verdad porque lo decían todos, que jamás mientras las tres Guindillas vivieron
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Destemplanza:
Sensación general de malestar , acompañada a veces de escalofríos , con alguna alteración en el pulso , s
in que llegue a notarse fiebre .
130 Prolijo: Largo , dilatado con exceso .
131 Minucioso: Que se detiene en las cosas más pequeñas .
132 Estridentes: Dicho de un sonido : Agudo , desapacible y chirriante .