Leemos el camino segundo A leemos el camino A con introducción | Page 32

La Guindilla mayor, no obstante el tono rojizo de su piel, era alta y seca como una cucaña 124 , aunque ni siquiera tenía, como ésta, un premio en la punta. Total, que la Guindilla no tenía nada, aparte unas narices muy desarrolladas, un afán 125 inmoderado de meterse en vidas ajenas y un vario y siempre renovado repertorio de escrúpulos de conciencia. A don José, el cura, que era un gran santo, le traía de cabeza. —Mire usted, don José —le decía, cualquier día, un minuto antes de empezar la misa—, anoche no pude dormir pensando que si Cristo en el Monte de los Olivos se quedó solo y los apóstoles se durmieron, ¿quién pudo ver que el Redentor sudase sangre? Don José entornaba los ojillos, penetrantes como puntas de alfileres: —Tranquiliza tu conciencia, hija; esas cosas las conocemos por revelación. La Guindilla mayor lloriqueaba desazonada 126 y hacía cuatro pucheros. Decía: —¿Cree usted, don José, que podré comulgar 127 tranquila habiendo pensado esas cosas? Don José, el cura, debía usar de la paciencia de Job para soportarla: —Si no tienes otras faltas puedes hacerlo. Y así un día y otro día. —Don José, anoche no pegué un ojo dando vueltas al asunto del Pancho. ¿Cómo puede recibir este hombre el sacramento del matrimonio si no cree en Dios? Y unas horas después: —Don José, no sé si me podrá absolver usted. Ayer domingo leí un libro pecaminoso 128 que hablaba de las religiones en Inglaterra. Los protestantes están allí en franca mayoría. ¿Cree usted, don José, que si yo hubiera nacido en Inglaterra, hubiera sido protestante? 124 Cucaña: Palo largo , untado de jabón o de grasa , por el cual se ha de trepar 125 Afán: Esfuerzo o empeño grandes . 126 Desazonada: Que está en mala disposición para algún fin . 127 Comulgar: Dar la sagrada comunión a alguien . 128 Pecaminoso: Perteneciente o relativo al pecado o al pecador .